"Al despertarme mi navaja barbera,
abriéndose paso a través del cuello, probará que nada era,
en efecto, más real."
(Los cantos de Maldoror)
Hago de mi cuerpo un invernadero,
una hecatombe cromática,
un simulacro ebrio por el óxido y el diazepán
al otro lado del espejo.
Sueño con orugas dedicadas
a una deconstrucción post mortem, inmediata.
Hipocampos liban de mí oro,
hadas se ahogan en mi precioso caudal.
Albos cetáceos escriben en mi vientre cráteres,
vacíos pornográficos.
Observo.
Mutilo.